El Modelo Educativo de la UP

Lo importante es que los niños adquieran los recursos intelectuales, afectivos y morales necesarios para ser felices y buenas personas. El modelo pedagógico de la Universidad de Padres on-line lo hemos denominado Educación para el Talento, que se basa en una Pedagogía de los Recursos que se adquieren desde habilidades diferentes según la edad de los niños. Madrid | Mayo 2010 | José Antonio Marina ¿Por qué estoy tan seguro de que el modelo educativo de la UP es el mejor del que podemos disponer en este momento? Porque si hubiera otro mejor, lo habríamos copiado. En la UP somos humildes, laboriosos y críticos. Aprendemos de quien tenga algo que enseñarnos. Desde los más renombrados neurocientíficos hasta los viejos maestros que supieron resolver los problemas de una escuela rural; desde los filósofos griegos hasta los expertos en inteligencia artificial; desde los especialistas en didáctica de la ciencia o de la matemática, hasta los yoguis hindúes y sus técnicas de meditación. Revisamos las obras de psicólogos, pedagogos, terapeutas, entrenadores deportivos, médicos, moralistas; hablamos con maestros de Infantil, Primaria, Secundaria, Universidad; leemos libros de autoayuda, de management, de sociología de la educación, literatura infantil o juvenil; estudiamos los sistemas educativos de Oriente y de Occidente, del pasado y del presente. La pedagogía que nos interesa es una ciencia de vanguardia. En un mundo acelerado, tenemos que saber detectar los cambios y las tendencias, para preparar mejor a nuestros niños. Nuestra seguridad deriva de que estamos dispuestos a aprender de nuestros errores, a asimilar los nuevos descubrimientos y a adoptar las mejores prácticas. Sin duda, podemos equivocarnos, pero no será por escatimar esfuerzos o por dejarnos llevar de prejuicios. La ética nos señala con toda claridad que en temas educativos es inmoral fingir más certezas de las que se tienen. Estos son los elementos que definen nuestro modelo: 1.- Una idea de la educación La educación tiene dos objetivos principales: la instrucción y la formación del carácter. A la unión de ambas cosas la denominamos EDUCACION PARA EL TALENTO. La instrucción se recibe fundamentalmente en la escuela, y es la transmisión de los contenidos de una cultura. La educación del carácter aspira a que niños y niñas adquieran los RECURSOS intelectuales, afectivos, operativos y morales que necesitan para aspirar a una vida feliz y una convivencia digna. Esta educación la reciben de las familias, de la escuela y del entorno social. 2.- Una idea innovadora de inteligenciaLa neurociencia nos enseña que la inteligencia humana tiene dos niveles. El nivel productor de ocurrencias, ideas, sentimientos, deseos, que funciona de manera no consciente (inteligencia computacional), y el nivel consciente, que puede suscitar, dirigir y controlar, hasta cierto punto, las ocurrencias y las acciones (inteligencia ejecutiva). La educación debe ayudar al desarrollo óptimo de ambos niveles de inteligencia. Queremos que nuestros hijos tengan muchas y brillantes ocurrencias, piensen con rigor y con creatividad, experimenten buenos sentimientos, sean valientes y animosos. De todo eso se encarga la inteligencia computacional. Pero también queremos que sepan dirigir bien su comportamiento, tomar decisiones, hacer proyectos, elegir su propia personalidad, su propio estilo vital. Esas son tareas de la inteligencia ejecutiva. En los últimos años, la neurología ha descubierto que la plasticidad del cerebro es mayor aún de lo que pensábamos, y esto amplía las posibilidades de aprendizaje. Y debemos aprender a aprovechar esta oportunidad. 3.- La selección de recursos Nuestro modelo se funda en seis recursos que nos parecen imprescindibles para que niños y adultos consigan sus objetivos vitales, y también para que la sociedad disfrute de un nivel óptimo de convivencia: Una imagen del mundo veraz, amplia, rica y llena de posibilidades.   Habilidades cognitivas: el deseo de aprender, y un pensamiento riguroso, crítico, creativo, capaz de resolver problemas y de evaluar las soluciones.   Un tono vital optimista, alegre, activo y resistente al esfuerzo y a la frustración.   Una voluntad libre, autónoma y guiada por valores éticos.   La capacidad de comunicarse y de comprender. La utilización del lenguaje como estructura básica de la inteligencia y de la sociabilidad.   El talento para convivir. 4.- La pedagogía de los recursosLos recursos son hábitos que se adquieren a lo largo del proceso evolutivo. Por eso, hemos diseñado un programa en espiral, que nos permita educar los mismos recursos, pero a niveles cada vez más altos y complejos. Cada uno de esos recursos tiene su peculiar didáctica, que cambia con la edad del niño o del adolescente. 5.- Un proyecto dirigido a los padres La UP pretende ayudar a los padres para que pongan en práctica ese modelo educativo. Para ello, el contenido de los cursos está organizado en cuatro partes:   Nociones de psicología evolutiva. ¿Qué le está pasando a su hijo en este momento?   La educación de los recursos. ¿Cómo se deben fomentar los seis recursos básicos a esta edad?   ¿Cuáles son los problemas más frecuentes a esta edad, cómo prevenirlos o como enfrentarse a ellos?   Actividades prácticas. Nuestros cursos insisten mucho en la práctica. No queremos limitarnos a proporcionar recetas a los padres, porque sirven para muy poco, dada la enorme variedad de personalidades y de situaciones. Aspiramos a que los padres adquieran “competencias educadoras”, para que sepan en cada caso concreto cómo comportarse. Según avanzan los cursos, y puesto que los padres pueden entrar en cualquier nivel, de acuerdo con la edad de sus hijos, es decir, que no es preciso que comiencen desde 0 años, el tratamiento de los temas tiene una doble versión: una educativa, que SIGUE EL RUMBO; otra, reeducativa, que RECUPERA EL RUMBO. Aquella intenta prevenir los problemas; esta, se enfrenta a ellos una vez que se han presentado. Todos los que trabajamos en la UP estamos entusiasmados con nuestro trabajo. Nos parece que estamos colaborando a mejorar la educación, a proporcionar un futuro más alegre y prometedor a nuestros niños, y, en último término, a humanizar el mundo. ¿Cómo no vamos a estar entusiasmados?